Tenemos en nuestra sociedad cada vez más medios de comunicación pero cada vez nos comunicamos menos porque usamos erróneamente el principal medio de comunicación que tiene el ser humano: el cuerpo. Tenemos un cuerpo para que sirva de medio de comunicación de nuestro ser en este mundo y, sin embargo, no somos consciente de ello ni lo usamos en perfección.

Hemos limitado la comunicación a decir lo que otros quieren oír o a oír para contestar, no a lo ilimitado que es la comunicación desde el corazón que ni tan siquiera necesita palabras. En esa limitación, los medios de comunicación nos limitan aún más pues comunican lo que quieren que oigas o lo que quieres oír para crear acólitos y unirse a las tendencias políticas o sociales que interesan; con lo cual, no son medios de comunicación masivos sino selectivos, ya que tratan de convencerte de su mensaje y de que te alistes a ese equipo.

Pero la comunicación no tiene nada que ver con narrar lo que sucede en este mundo ya que todo lo que se cuenta ya ha pasado y nos saca de nuestro presente. La comunicación se da en este instante entre personas que pueden comunicarse desde el corazón para aprender de la experiencia del encuentro, compartiendo el instante presente y todo lo que puede mostrarnos en el encuentro con el otro, en el que puedo mirarme para verme en sus ojos y reconocerme.

La comunicación existe para conectarnos en nuestra unidad y unicidad. Todo lo que la comunicación aporte que no sea A-MOR, proviene del miedo y sólo puede extenderlo. Eso no es comunicación, es propaganda de algo irreal y como tal, no existe. Por lo tanto, los efectos que esa comunicación parecen tener en el mundo tampoco existen pues están basados en el mismo miedo que los creo, que no existe.

Solo una comunicación desde el corazón nos puede transmitir la verdad de nuestro ser y ser transmisor y receptor del A-MOR que venimos a vivir aquí, para poder cumplir nuestra función perfectamente.

Besos en el corazón y bendiciones.