Desde pequeños estamos programados mentalmente desde el miedo y nuestros sentidos limitados sólo nos dan testimonio de lo que queremos percibir, que no puede ser otra cosa que miedo y terror.

Nos autoprogramamos con lo que vemos, oímos, tocamos, olemos y degustamos en base a lo que queremos mantener según nuestras creencias. Así, no dejamos de oír canciones de desamor o violencia, para aumentar nuestra programación; no dejamos de ver películas ya series violentas o tristes para enfatizar eso que resuena en nosotros; y así con todos nuestros sentidos.

La única manera de salir de nuestra programación mental es recordar que nuestros sentidos están limitados por nuestra mente y que nada de lo que percibimos es perfecto porque se recibe desde la percepción de un porcentaje muy pequeño de lo que en realidad existe.

¡Fíjate que hasta tú te percibes como un cuerpo!

Besos en el corazón y bendiciones.