Tienes mi permiso para traicionarme.

Nada externo a mi puede hacerme daño.pero siempre estamos buscando fuera de nosotros a los responsables de lo que sentimos o no sentimos. Sólo siendo conscientes que los actos de los demás no vienen más que a recordarnos todo lo que no atendemos en nuestra vida, que llevamos dentro de nosotros mismos y que nos mantiene en un sufrimiento constante y silencioso, podremos verlos con gran gratitud, como un acto de amor de la vida hacia nosotros, y podremos perdonar y perdonarnos, liberándonos de tanto dolor y eliminado el sufrimiento de nuestras vidas.

Besos en el corazón y bendiciones.

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