LA EMPATÍA DE LA LAGARTIJA
Los seres humanos, aún en el siglo XXI, solemos empatizar desde el miedo, en lugar de desde el A-MOR. Cómo vivimos programados desde el miedo, todo lo que vemos nos aterroriza: enfermedades, conflictos, batallas, muerte, abandono, destrucción, rechazo, humillación, injusticia, traición,… y como tenemos miedo de que eso nos suceda a nosotros, o nos vuelva a suceder, cuando encontramos a alguien viviendo cualquier situación que esté englobada en el miedo, empatizamos con su dolor y queremos cambiarlo para no sentirlo nosotros también.
Y todo eso es porque no sabemos aún qué somos seres humanos ilimitados y eternos; seres energía luz, libres y armónicos que vienen del A-MOR, de un campo electrónico, a vivir esta experiencia. Pero nuestro programa mental basado en el miedo, nos hace caer en una frecuencia vibratoria muy baja y, entonces, CREAMOS el miedo y vivimos bajo sus normas, a pesar de no existir. Cómo nos sentimos separados de todo y de todoas, CREEMOS en la enfermedad y en la muerte, y entonces perdemos la posibilidad de mantener a nuestro cuerpo sano y perfecto pues con nuestros pensamientos alteramos nuestras células y las conducimos al suicido.
Sin embargo, la lagartija no monta un drama si pierde la cola, ni vienen todas las demás lagartijas a lamentarse y empatizar con su dolor. Tanto ella como el resto saben quienes son y que son ilimitadas y simplemente siguen adelante respetando su propio proceso físico, con una presencia amorosa.
Pero l biología de la lagartija no se diferencia mucho de la nuestra. Entonces, cómo pueda ser que yo no sepa ¿cómo dar la orden a mis células, a mi organismo, para que se regenere y elimine cualquier alteración que se haya podido corregir? Porque mis pensamientos basados en el miedo me dicen que soy un cuerpo que enferma y muere y, esos pensamientos, se convierten en CREENCIAS limitantes que me impiden poner en práctica mi ilimitabilidad y eternidad.
Besos en el corazón y bendiciones.